Félix Espoz. Madrid
Alberto Morell, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de la Princesa, señala que el desarrollo de sistemas de información semiautomáticos ha permitido a su servicio acometer el trabajo con alta calidad sin incrementar los costes. En esta constante búsqueda de la eficiencia en “todas las facetas en las que podemos ayudar a que la terapia alcance el objetivo para el que fue diseñada”, se han enfrentado al aumento de pacientes externos a través de la eliminación de carga burocrática, automatización de la prescripción y de la comunicación con el médico y “echando más horas”.
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¿Cuáles son las claves para una buena gestión de un Servicio de Farmacia como el suyo?
Para entender los puntos clave de la gestión del Servicio de Farmacia hay que saber que nuestros objetivos están basados en la mejora de la utilización de los medicamentos en los pacientes y en el conocimiento global del hospital y del mercado farmacéutico. Así, la gestión de un servicio de Farmacia no es una gestión exclusivamente económica, sino que integra todas las facetas en las que podemos ayudar a que la terapia alcance el objetivo para el que fue diseñada. Es muy importante la faceta económica, el problema del gasto del medicamento, de los precios de las nuevas terapias o que los pacientes quieran utilizar cada vez más los fármacos de alta tecnología. Pero, nosotros no nos dedicamos exclusivamente a este ámbito.
Tenemos que hacer runa gestión eficiente de los recursos que tenemos, controlar inventarios y negociar los precios (en los que los servicios de Farmacia hemos sido pioneros con resultados muy buenos, bajando los precios oficiales de los medicamentos). Esta labor nos lleva mucho tiempo y nos aleja del paciente, por este motivo debemos ser prudentes a la hora de sólo obtener resultados en esta área.
En segundo lugar, debemos integrar los sistemas de información apoyados en las tecnologías para facilitar la obtención de buenos resultados. Por ejemplo, ahora mismo las unidades de Farmacia están teniendo una demanda tremenda; con la crisis todos los medicamentos de alta tecnología y de especial seguimiento llegan a los servicios de Farmacia. Lo que no queremos es que el paciente vaya de la Farmacia al médico y del médico a la farmacia hasta que se sigan los criterios. Por este motivo, para conseguir todos aquellos datos que necesitemos para dispensar al paciente tenemos que habilitar los sistemas necesarios, y así evitar que el paciente vaya y venga. Contamos con un programa de pacientes con problemas renales, de manera que leemos sus cifras de hemoglobina y si hay algún problema con su medicación nos ponemos en contacto con el médico para que lo solucione.
Este tipo de cosas hacen que le paciente venga menos veces y que el medicamento genere menos problemas por el control continuo desde Farmacia. Y si hay un inconveniente, el paciente va tener acceso rápido al médico, que no tiene que revisar a todos los pacientes, sólo a aquellos en los que realmente tiene que intervenir. Estas son las situaciones en las que podemos mejorar la utilización del medicamento, mejorar el resultado final y abaratar costes finales por paciente, que no costes por medicamento.
¿En qué destaca su servicio? ¿Cuáles son las actividades que realiza que aportan más valor?
El nuestro es un hospital grande, pero de este grupo somos el más pequeño. En el desarrollo de tecnología referente al aparataje no es un centro que brille por la automatización. Llevamos años optando por trabajar en sistemas de información integrados, de forma que faciliten a todo el hospital información relativa a los procesos para la toma de decisiones. Tenemos un programa para controlar la EPO, un programa similar para pacientes con artritis reumatoide, prescripción electrónica en pacientes ingresados, ambulantes y externos. Cuando tengo que poner un alta al médico, automáticamente, la próxima vez que el paciente venga el médico va a tener una nota que le diga ‘ten cuidado con la función renal, le toca revisión o el paciente nos ha dicho que tiene este problema’. De esta forma se puede ser más eficiente.
Además, somos un servicio con una trayectoria de trabajo en investigación muy importante. Somos de los pocos que tenemos integrada toda la información de los investigadores, los comités asesores, la Fundación y la Farmacia. Contamos con sistemas de alerta que hacen que un médico, cuando va a tratar un paciente, sepa que está en un ensayo clínico, sepa qué producto y cuánto se le ha dado y qué medico lleva el ensayo, por si tiene alguna duda poder contactar con él. Hacemos este tipo de sistemas de información semiautomáticos que nos facilitan el poder realizar un trabajo de alta calidad sin incrementar los costes. Probablemente sea en lo que más se diferencia nuestro servicio… por supuesto, tenemos además, mucho paciente externo, mucha quimioterapia, estamos empezando a trabajar en sistemas seguros de administración de medicamentos, si bien hay hospitales que tienen mucha más automatización que nosotros y ahí nos sacan la delantera.
También es cierto que otra de las cosas que caracteriza al servicio es el trabajo en equipo con otros hospitales; aprovechar lo que ellos saben para ir mejorando y que ellos vean las cosas que nosotros hacemos. Ese espíritu colaborativo nos ayuda a seguir avanzando con los esfuerzos que van tomando otros.
Los servicios de Farmacia cada vez trabajan más con pacientes externos y estos les requieren más dedicación de tiempo y recursos. ¿Cómo adaptar el servicio a estos cambios?
El problema de los pacientes externos es que el control que llevamos los farmacéuticos de hospital sobre la correlación entre la clínica y los tratamientos en la farmacia de calle no se puede llevar. Primero, porque ellos no disponen de información y, segundo, porque ellos tampoco disponen de tiempo. Un paciente de este tipo te ocupa como una consulta médica y hay que dedicar a gente que sea capaz de tomar decisiones. En una oficina de farmacia tú llegas con tu receta, te despachan y te vas. El lapso de tiempo es muy corto. Por otro lado, nosotros tenemos que ver todos los inconvenientes que pueda tener la medicación, hacer los seguimientos, entrenar a los pacientes en los sistemas de administración que cada vez son más complejos… hacer muchas labores. ¿Cómo hacerles frente? Hemos tendido a eliminar la carga burocrática, automatizar la prescripción y la comunicación con el médico y echar más horas. El aumento de trabajo no se corresponde con un aumento en recursos. Con los mismos o con menos recursos tienes que hacer más trabajo.
En cuanto a recursos económicos, en lo que se refiere al precio del medicamento estamos atados de manos y pies. La financiación viene de la comunidad. Tantos pacientes que tengo, tantos pacientes que tengo que facturar a la comunidad. No hay muchas herramientas, puedo protocolizar, racionalizar el uso y tratar de reducir el coste, pero en una medida pequeña. Estamos hablando de fármacos de alta tecnología, todos ellos bajo patente y que cubren huecos terapéuticos. No hemos tenido nada que hacer en muchos años, pero estamos empezando a tener en sida y en factores estimulantes opciones de analizar subgrupos. Si bien, no tenemos la herramienta de los genéricos o variedad de alternativas terapéuticas.
¿No se prevé que lleguen nuevos recursos ni para personal ni para infraestructuras con la que está cayendo?
Hay una cosa clara. Para realizar las funciones se necesitan recursos y si estos no llegan… Todo es adaptable. Tenemos un periodo de dispensación corto. Creemos que para evitar problemas hay que ver al paciente todos los meses. Si los médicos tienen muchos pacientes la intensidad con la que pueden tratar a cada paciente es menor, si ellos no pueden ver al paciente y nosotros empezamos a dispensarles para tres o cuatro meses, al final hay un periodo que si el paciente tiene algún problema se encuentra solo. Es cierto que puede venir y consultar, pero es peor que prevenir. La continuidad asistencial es difícil de conseguir, si se alargan los periodos en los que se tiene contacto con los profesionales sanitarios puede ir en perjuicio de los objetivos.
¿Cómo están influyendo las nuevas tecnologías en la logística del Servicio?
Las tecnologías en logística van a ser muy necesarias en un futuro. Estamos hablando de medicamentos de altísimo coste, en los que cualquier problema de conservación o alertas de fabricación hay que ser capaz de localizar el producto, el lote y hacer trazabilidad. Ahí las herramientas en logística son esenciales. Casi todos los hospitales ya cuentan con sistemas de almacenamiento; la elaboración automatizada está ahí y va a aumentar la calidad de preparaciones, y los sistemas integrados de administración, sobre todo en medicamentos de alto riesgo, son muy necesarios para mejorar los procesos. No es sólo evitar que se ponga el medicamento equivocado, sino asesorar al profesional sanitario en el momento, modo, ritmo… que todo el ciclo se haga en buenas condiciones.
En un momento de crisis económica como el actual, ¿qué le puede aportar la Farmacia al hospital?
La Farmacia ha sido siempre el nicho donde se unen economía y datos clínicos. Saber qué pasa con la actividad desde el punto de vista clínico, como se puede financiar, qué impacto va a tener en la enfermedad o hasta dónde podemos llegar es el mayor aporte que hace la Farmacia.
Temas económicos de negociación, gestión, compra y almacenamiento llevamos mucho tiempo haciéndolo y lo sabemos hacer muy bien, pero hay mucha gente que lo sabe hacer. Pero, desde el punto de vista de la utilización del fármaco, de que se use el adecuado, en el momento adecuado, con el paciente adecuado y bajo las formas correctas para obtener el mayor beneficio del producto, y por tanto el menor coste… esa integración es la que hace que los farmacéuticos aportemos eficiencia al sistema. Esta información a la hora de tomar decisiones macro es importante.
¿La crisis puede llegar a afectar a la Farmacia Hospitalaria?
La crisis afecta a la Farmacia Hospitalaria. La sanidad no es ajena a los costes. Todos los procesos tienen un coste, y si bajamos este coste el proceso cambiará. No tiene por qué perder calidad, pero cambiará. Y habrá que buscar nuevos sistemas, alianzas con otros profesionales y hacer las cosas de otro modo. La crisis nos está diciendo que no podemos seguir haciendo las cosas tal y como las estamos haciendo. Tenemos que buscar alternativas para dar respuesta a los problemas actuales.
La crisis va a afectar a la Farmacia, y aquellos que sepan darle una buena respuesta saldrán fortalecidos de ella y los que no sean capaces tendrán muchos problemas.
¿Cuáles son las líneas de investigación más importantes que están llevando a cabo?
Contamos con una línea de colaboración en la investigación general del hospital, estableciendo procesos de alta calidad para la realización de ensayos clínicos. Esto lo llevamos haciendo muchos años. Tenemos dispensación por paciente, información a los pacientes, seguimientos y controles: Una Unidad de Investigación que tiene un nivel excelente.
Aparte de ello, hemos empezado, hace unos años, a realizar investigaciones para conseguir mayor eficiencia en los medicamentos, demostrar que el precio de los medicamentos es un factor, pero el cómo se usan también influye en el aspecto económico y en la eficiencia de los mismos. Tenemos una línea de productos inmunomoduladores, un campo en expansión ahora mismo con la artritis reumatoide y la psoriasis. Estamos haciendo algún estudio sobre anemia, sobre cómo se controla la EPO, pero centrándonos no en investigación estrictamente clínica, sino en ver qué resultados obtenemos en los pacientes y qué formas de actuar son las que propician los mejores resultados.
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